En Justicia e Interior
  • Sobre la estrategia europea de seguridad…

Cuando vuelves a la estrategia europea en Seguridad, que con gran esfuerzo se promulgó en diciembre de 2003, y ves lo que se decía entonces de cómo iba a ser el mundo en el que Europa iba a operar y cuáles eran los supuestos en los cuales los europeos nos íbamos a desenvolver en el mundo, es increíble el cambio radical en el escenario. Esa estrategia abre diciendo “Europa no ha sido nunca tan próspera, tan segura ni ha estado rodeada de vecinos tan amigables”. Si avanzamos un poco el reloj, se nos van cayendo cada uno de los supuestos sobre los que se asentaba; porque Europa se ha quedado detrás de la crisis frente a Estados Unidos, que ha salido de ella, su vecindad se ha deshecho y ni siquiera el proceso de integración está en un momento muy vibrante.

  • Sobre la Unión Europea…

No sabemos hasta qué punto el colapso de la vecindad europea puede ser un revulsivo para conseguir que Europa se convierta en una potencia. Puede funcionar en las dos direcciones. En vez de actuar como un revulsivo, puede acentuar las tendencias hacia la introspección.

[…] Tenemos, por tanto, una Unión Europea que necesita saber a qué juego quiere jugar. Ya juega con una mano atada en la espalda porque no quiere ser un Estado-nación. Nosotros ya tuvimos nuestra guerra civil, ya exportamos al mundo dos guerras mundiales.

[…] La única institución verdaderamente federal que hay en Europa hoy es el Banco Central Europeo. Decían que había mucha soberanía en la moneda y que era imposible integrarla, y sin embargo, hemos acabado todos aceptando que la única manera razonable de funcionar en términos económicos y monetarios es tener un banco central que funcione y que tenga un consejo de gobernadores donde, increíblemente, el voto del gobernador del Banco Central de Chipre vale tanto como el voto del gobernador del Banco Central de Alemania. Y Alemania acepta las decisiones que salen de este consejo de gobernadores aunque quede en minoría.

Puedes ver el encuentro digital completo en el siguiente vídeo:

José Ignacio Torreblanca es Investigador Principal de ECFR y columnista en el diario El País

 

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Comments
  • JCesar
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    Una unión basada solo en intereses económicos o de mercado y no en valores de identidad éticos y culturales, duran poco tiempo. Las llamadas sociedades occidentales democráticas y desarrolladas, sociedades de amalgama cultural y disgregación social abrazadas a la religión revolucionaria que olvido la realité la securité y la identité, son poco equilibradas y eficientes, de escasa salud y gobernanza.

    Occidente ha entrado en una de las crisis de mayor calado de su historia, donde el crash financiero es consecuencia y no la causa de la crisis ética de identidad, originado en un concepto equivoco de estado del bienestar insostenible que ha vaciado sus arcas. La idea de que lo económico – financiero iba a generar por sí mismo una unidad e identidad mas allá d la unidad de intereses se ha revelado pueril La crisis de valores culturales, éticos y morales ha llevado a la frivolización de una sociedad que ha perdido sus cimientos espirituales. Pero es también una oportunidad para retomar la conciencia de la propia identidad y corregir los errores hasta aquí contraídos. Como dice Davis Thunder* ” La decadencia no se soluciona con chorreo de millones prestados (rescates), y la política debe basarse en el ejemplo moral ante una sociedad que ha perdido el norte. (Europa en el diván)

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