En Justicia e Interior

– Sandra Moreno Ayala – 

¿Cuáles son los mayores desafíos a los que se enfrenta el Plan de Acción para Libia de Naciones Unidas y el RESGNU Ghassan Salamé?

El Representante Especial del Secretario General de Naciones Unidas (RESGNU) Ghassan Salamé ha puesto en marcha durante los últimos meses una nueva hoja de ruta en el marco del Plan de Acción para Libia de Naciones Unidas con el fin de reactivar el acuerdo político en el país magrebí.

Una vez designado como el nuevo representante en junio de este año, Salamé realizó un viaje de seis semanas por el país con el objetivo de ponerse en contacto con los actores libios y conocer sus propuestas relativas a un nuevo proceso político. Consecuencia de ello, el RESGNU elaboró el Plan de Acción para Libia, presentado el pasado 20 de septiembre en Naciones Unidas y respaldado por el Consejo de Seguridad de la ONU, cuya intención consiste en establecer el orden de paz en el país, formar un gobierno inclusivo y mejorar la situación de crisis.

Durante su primera fase se han llevado a cabo dos rondas de diálogo en Túnez entre las asambleas libias: la Cámara de Representantes –el Parlamento establecido en Trípoli, el este del país– y el Alto Consejo de Estado –órgano vinculado al Gobierno de unidad respaldado por la ONU–, donde se ha debatido la reforma del Acuerdo Político Libio de Sjirat (APL). Tras la segunda ronda de diálogo en Túnez, a pesar de concluir aquella sin un acuerdo definitivo ni fecha fijada para una tercera ronda, se ha conseguido una cierta aproximación de las dos partes. Los trabajos entre las dos asambleas progresan lentamente, aunque la falta de confianza mutua entre ellas supone una dificultad.

El debate actual se centra en elegir a los tres miembros que conformarán el Consejo Presidencial (CP) y en formar un Gobierno o Gabinete Ministerial Ejecutivo, con el fin último de celebrar elecciones parlamentarias y presidenciales en el plazo de un año. En este sentido, no existe un concepto de bien público o común entre los actores libios.

El nudo gordiano está en el reparto de poder y su transferencia del CP al Gobierno, así como en acomodar las ambiciones personales de los actores principales, en especial las del mariscal Jalifa Hafter y el Primer Ministro Fayez al-Serraj.

Junto a la falta de confianza entre las partes, el principal problema en el escenario libio es que esas partes en conflicto no son únicamente dos. No se trata de una guerra civil entre grupos armados, sino de un conflicto completamente atomizado, en el que  los grupos no construyen lealtades sólidas entre sí, con posiciones muy volubles, que los hace imprevisibles y poco fiables.

Dentro de estos actores existen no obstante tres categorías diferentes de grupos armados. Primero, los que han recurrido a las armas para garantizar su propia seguridad, habituales en muchos centros urbanos, y que probablemente renunciarán a las armas cuando les proporcionen unas garantías de seguridad; segundo, grupos de crimen organizado y tráfico, muchos de ellos ligados a organizaciones terroristas como Daesh, a los que se debe aplicar la ley penal; tercero, grupos con aspiraciones políticas como milicias ‘gadafistas’ o facciones próximas a los ‘Hermanos Musulmanes’, a los que hay que atraer al proceso político para que así entreguen las armas. Con esta correlación de fuerzas, el proceso de Desarme, Desmovilización y Reintegración de paz (DDR) en Libia debe hacerse a la inversa: primero hay que reintegrar y sólo posteriormente, cuando el gobierno sea capaz de proporcionar seguridad, será posible desarmar a todos los actores.

Libia, por último, se enfrenta a un problema añadido. En este contexto de conflicto atomizado, nos encontramos ante un mundo hobbesiano donde impera la economía de depredación, mezclándose crimen organizado, corrupción, tráficos de todo tipo –incluyendo tráfico de personas cercano a la esclavitud, sobre todo en torno a la ciudad de Sabrata– y violencia terrorista, todo ello en un escenario de graves violaciones de los derechos humanos. Según cálculos del RESGNU Salamé, todos los meses el país pierde entre 400 y 500 millones de USD debido al contrabando y a los sistemas paralelos de recaudación y corrupción. Esta economía de depredación produce dos fenómenos paralelos. Por un lado, se está consolidando una pauperización acelerada de la clase media, especialmente teniendo en cuenta circunstancias como la inflación (27% este año), que ha hecho que muchos expatriados dejen el país. Por otro lado, cada día aparece un nuevo millonario en Libia a merced de los tráficos ilícitos de todo tipo y la corrupción rampante. Estos ‘nuevos millonarios’ son precisamente los más inmovilistas y los que más tienen que perder con el cambio de ‘statu quo’.

Con el fin de encontrar una solución a estos conflictos, el objetivo principal de la hoja de ruta de Ghassan Salamé es doble: restablecer el orden y restaurar los servicios públicos para que la población perciba los dividendos de la paz. Para ello, en todas las fases de esta hoja de ruta se está avanzando en paralelo, incluida la organización de una Conferencia Nacional, prevista en los primeros meses de 2018.

La intención de esta Conferencia es que sea inclusiva y se abra a todos aquellos que no participaron en la génesis del Acuerdo Político Libio, por lo que estará abierta a gadafistas, monárquicos y a todos los grupos que acepten el proceso político, lo que redundará en una mayor legitimidad del acuerdo.

A pesar del corto plazo marcado por el Plan de Acción, este se configura con el propósito de marcar un límite claro a los libios, dentro de un marco temporal que no debe prolongarse indefinidamente.

En definitiva, hasta que no se establezca una verdadera autoridad central capaz de controlar a todos los actores, en especial a aquellos relacionados con la economía de la depredación y los intereses creados en torno a ella, no habrá una verdadera solución para Libia. Sin embargo, nada de esto será posible sin la voluntad de los propios libios. Tal y como subrayó Salamé, “los libios quieren un proceso que ellos mismos lideren” y para ello, el primer paso será que los que no participaron hasta ahora en el Acuerdo Político Libio vean aquel también como suyo.

Sandra Moreno Ayala. Alumna del Máster en Relaciones Internacionales del Instituto Universitario de Estudios Europeos.

Casa Árabe, Encuentro con el Representante Especial del Secretario General de Naciones Unidas para Libia en Casa Árabe, 2017 (Disponible en https://goo.gl/kUbt5C Última consulta: 16/11/2017).

CNN, UN chief: Libya slave auctions may be crimes against humanity , 2017 (Disponible en https://goo.gl/1n5dqc Última consulta: 22/11/2017).

El Economista, El Consejo de Seguridad apoya el plan de acción de la UNSMIL para reactivar el proceso en Libia , 2017 (Disponible en https://goo.gl/VYGp77 Última consulta 16/11/2017).

Política Exterior, La ONU y la transición conflictiva en Libia , 2015 (Disponible en https://goo.gl/tV6baE Última consulta: 17/11/2017).

UNSMIL, Joint Drafting Committee concludes its Second Round of Meetings in Tunis , 2017 (Disponible en https://goo.gl/GV1z8q Última consulta: 17/11/2017).

UNSMIL, Remarks of SRSG Ghassan Salamé to the United Nations Security Council , 2017 (Disponible en https://goo.gl/HqqWG8 Última consulta: 17/11/2017).

UNSMIL, The Joint Drafting Committee concludes its first set of talks & back in a week consultations with the House of Representatives & High Council of State , 2017 (Disponible en https://goo.gl/EKjoAH Última consulta: 17/11/2017).

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Comments
  • Marco Antoio Martínez
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    °°Tal y como subrayó Salamé, “los libios quieren un proceso que ellos mismos lideren” y para ello, el primer paso será que los que no participaron hasta ahora en el Acuerdo Político Libio vean aquel también como suyo.°°
    Les asiste el derecho y responsabilidad de liderar este proceso. Capacidad probada en su historia reciente. Y….. ese es el gordiano. La principal dificultad a vencer es ‘quién destruye, lo hace al no estar de acuerdo con lo que hay y es muy difícil que construya lo que no le gusta’. En este caso, la ONU fue factor determinante en la destrucción del ‘Estado Libio’. Obvio por estar en desacuerdo con él. La probabilidad de jugar sólo un papel metodológico es tan remota como que el sol no caliente.

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