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Diego López Garrido, Diputado y Ex-Secretario de Estado para la Unión Europea, responde a las cuestiones de Jerónimo Maillo, Coordinador del Máster Universitario en Unión Europea, en este encuentro digital del Instituto Universitario de Estudios Europeos.

Pregunta: ¿Qué ha supuesto para España pertenecer a la Unión Europea?

Respuesta: La aportación a España es parecida a la aportación a otros países europeos. Creo que en un club de estas características no hay demasiadas ventajas para unos sobre otros, si realmente se funciona como una autentica asociación y se pasa de ser países muy independientes, con historias y objetivos independientes, a ese esfuerzo que supone hacer las cosas en común. Eso es una cultura que imperceptiblemente ha ido entrando en los países europeos y que es más importante de lo que parece. Ha tenido consecuencias importantísimas. He tenido a veces reuniones con países iberoamericanos, que hablan el mismo idioma, y notas la diferencia de cultura entre los países iberoamericanos y lo países de Europa que hablan veinticuatro idiomas oficiales diferentes.

Por ejemplo, tuve algunas reuniones para lanzar la idea de una patente iberoamericana y me di cuenta de qué diferencias hay… El peso de la llamada soberanía nacional es muy grande en países que no tienen esa costumbre de decidir cosas juntos.

Estar treinta años decidiendo cosas juntos implica carácter. Hoy más que nunca, que estamos viviendo precisamente el drama de la situación de Grecia, hay que apelar a esa forma de ser, de decidir cosas juntos, no enfrentados.

Pregunta: Creo que la opinión generalizada en España es que los treinta años han sido muy positivos; que nos hemos beneficiado mucho de su pertenencia a la Unión Europea. ¿Qué destacaría como valores y aspectos positivos para España?

Respuesta: Hay que tener en cuenta que España entra en la Unión Europea cuando no hacía mucho habíamos salido de una larga dictadura. Y, por tanto, la memoria colectiva española va unida a cosas que otros países tenían conseguidas muchísimo tiempo antes. Por tanto, la consolidación democrática de libertades, de derechos y de bienestar era algo que los españoles identificaban con Europa; más aún cuando nada más iniciar el camino de la democracia en España hubo un intento de golpe de Estado que ponía de manifiesto la fragilidad con la que empezaba la democracia. Y la Unión Europea sin duda fue su consolidación. Por eso, los españoles vivieron aquella época como un salto importantísimo en su vida y en la autoestima. Creo que la Unión Europea ha contribuido mucho a llevar la autoestima de ese complejo español que existía en tiempos de la dictadura de ser un país diferente y considerado de segunda división. Nosotros entramos en la Premier, por así decirlo, cuando llegamos a la Unión Europea. […] Esto puso un poco en cuestión, como en todos los países de la Unión Europea, cuando se produjo la gran crisis, una crisis que todavía estamos viviendo, de la que aún no hemos salido, y en la que se ve que la Unión Europea no hace lo suficiente, no garantiza lo suficiente. Yo creo que eso es un punto de inflexión también. Por eso es tan importante que la Unión Europea contribuya a la salida de la crisis para recuperar esa alta autoestima que teníamos.

Pregunta: ¿Cuáles son las grandes aportaciones de España a la Unión Europea durante estos treinta años?

Respuesta: España es un país que tiene un gran peso en el área del sur de Europa y tiene una relación histórica, muy viva, con el área mediterránea y con los países de África. Y luego España es el símbolo por excelencia en el mundo de la historia hispánica, de América. Yo creo que son aportaciones importantísimas que hace España a la Unión Europea. Si no fuera por España, la Unión no tendría las relaciones que hoy tiene, que podrían ser todavía mejores, sin duda, con América Latina. Y también la parte hispánica que hay en la cultura de Estados Unidos, la aportación de ese idioma poderosísimo que es el español.

España también ha sido el canal de comunicación de la Unión con su vecindad sur. Creo que es una aportación fundamental, que la Unión Europea no tendría si no tuviera a España en su interior.

Además, España es un país que entra con una gran ilusión en Europa. Es la ilusión del novicio, del que entra, del que tiene grandes energías y valora mucho, a veces incluso sobrestima, el lugar al que llega.

España es una referencia fundamental para los europeístas de Europa. Es un país incuestionablemente europeísta. Por ejemplo, cuando se votó la Convención sobre el Tratado de la Unión Europea, España fue el país que más claramente votó sí en un referéndum. Por todas estas cosas, España tiene un lugar  absolutamente insustituible en la Unión Europea.

Pregunta: ¿Ha sabido jugar su papel? ¿Ha sabido buscar las alianzas adecuadas a lo largo de estos años? ¿Se ha posicionado bien en el núcleo de la Unión?

Respuesta: Yo creo que sí se ha posicionado bien. Un ejemplo lo tenemos en una cosa que yo viví como Secretario de Estado, las primeras presidencias después del Tratado de Lisboa. España puso en marcha el Tratado de Lisboa realmente en el primer semestre del año 2010, recordado más bien por el desencadenamiento de la crisis griega. Pero fue un semestre en el que la Unión Europea fue presidida por España, presidió el Consejo de la Unión, y formamos algo que no se ha vuelto a repetir desgraciadamente, el llamado “trío de presidencias”. Lo formamos con Bélgica y con Hungría. Y era el ejemplo de lo que es España. En ese tiempo, en ese año y medio, estos tres países funcionaron de forma muy cohesionada. Era importantísimo, porque estábamos viviendo el lanzamiento del Tratado de Lisboa y la crisis económica con nuevas políticas en la Unión. España era el eje de ese trío. Era un país que no era tan novato como Hungría, que acababa de llegar, y no era tan veterano como Bélgica. Era un país, además, de mayor entidad desde todos los puntos de vista: poblacional, económico… Eso hizo que ese trío se moviese en torno a España de una forma bastante engrasada.

España no es el “superpaís” europeo, como Alemania, tampoco es de los países pequeños. Está entre los grandes, pero entre ellos no ocupa la posición más relevante desde el punto de vista económico, como puede ser Alemania, Reino Unido o incluso Francia. Esa posición intermedia nos hace tener una capacidad relacional en la Unión. Es un país que cae muy bien en la Unión, entre otras cosas, porque es el más visitado por los europeos. La prueba la tenemos en las Erasmus, que es un gran invento, sobre todo para los jóvenes, pero para todos los europeos también. España es el país a donde más Erasmus vienen y el que más Erasmus lanza. Por tanto, como decíamos antes, es un país muy europeísta, absolutamente clave para el proyecto de Europa.

Puedes ver el encuentro digital completo en el siguiente vídeo:

Diego López Garrido es Diputado y Ex-Secretario de Estado para la Unión Europea

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