En Justicia e Interior

– Elena Martínez Padilla – 

La salida de Reino Unido de la Unión Europea (“Brexit”) conllevará la retirada de Reino Unido del Mercado Único y de la Unión Aduanera, permitiendo al gobierno británico formular su propia política comercial y sentar las bases legales de su comercio exterior. Fuera de la UE, el gobierno británico buscará mantener no sólo una relación “de asociación especial y profunda” con la UE, sino que también tendrá libertad para firmar acuerdos de libre comercio con terceros países y avanzar así en su estrategia de una “Global Britain”.

La tarea negociadora a la que se enfrenta el gobierno británico en los próximos meses pondrá de manifiesto la complejidad que la separación de la UE de un Estado miembro puede alcanzar. Sin embargo, por la importancia que se le ha concedido por el gobierno británico a este área (evidenciada por la creación de un departamento específico para ello), en este artículo nos centraremos en el comercio exterior de Reino Unido tras el Brexit, tanto en relación con la UE como con terceros países.

a) Reino Unido y la UE

Como consecuencia del Brexit, Reino Unido y la UE tendrán que negociar no sólo un acuerdo sobre las condiciones de salida, sino que también deberán pactar los términos de la nueva relación entre ambos bloques a largo plazo. En lo que respecta al ámbito comercial, tres son las principales opciones barajadas para Reino Unido: pertenencia a la EFTA, firma de un acuerdo de libre comercio y sujeción exclusiva a las normas de la OMC. Así, comenzando con la opción con menor impacto comercial, la membrecía a la EFTA supondría para Reino Unido poder negociar nuevos acuerdos de libre comercio y tener un acceso considerable – aunque no completo – al mercado único, pero conllevaría contribuir al presupuesto comunitario y aceptar el libre movimiento de personas (algo que el gobierno británico no parece dispuesto a aceptar) [1].

Por su parte, la opción del acuerdo de libre comercio con la UE dependerá plenamente de las negociaciones entre la UE y Reino Unido, si bien tendría que cumplir en todo caso las reglas de la OMC sobre la “nación más favorecida”. Esta posibilidad permitiría un acuerdo a medida donde ambos bloques podrían volcar sus condiciones, pero la experiencia nos dice que la aprobación de este tipo de acuerdos suele tardar más años que el tiempo que resta para que la salida del Reino Unido de la UE sea efectiva. Por tanto, si se eligiera esta vía, sería conveniente negociar un acuerdo de transición para evitar el riesgo económico y la incertidumbre que podría causar la derogación inmediata de los actuales términos comerciales. Por último, cabe destacar la opción subsidiaria de comercializar bajo las reglas de la OMC. Ello implicaría que Reino Unido tendría acceso al mercado único bajo las peores condiciones posibles, aunque no tendría que contribuir al presupuesto comunitario ni aceptar el libre movimiento de personas. La aplicación de las reglas de la OMC en la relación UE-Reino Unido supondría importantes desventajas para las empresas británicas, no sólo por los aranceles aplicables, sino también por la aparición de otras barreras para el comercio de bienes y servicios. Reino Unido es miembro de la OMC y seguirá siéndolo tras el Brexit, pero sus compromisos con la OMC están vinculados a su pertenencia a la UE. Por tanto, tras el Brexit, tendrá que negociar sus propios compromisos en bienes y servicios, lo que sería la base del futuro comercio entre Reino Unido y el resto del mundo.

b) Acuerdos comerciales con terceros países

El Brexit conllevará no sólo una nueva relación de Reino Unido con la UE, sino también con todos los países con los que la UE tiene firmados acuerdos de libre comercio (de los que dejará de beneficiarse Reino Unido tras el Brexit). Por tanto, Reino Unido tendrá que negociar nuevos acuerdos comerciales con decenas de países, a excepción de que se opte por heredar los ALC de la UE (opción conocida como “grandfathering” y sobre cuya legalidad existen argumentos a favor y en contra).

El gobierno británico parece confiado en su capacidad de abarcar las negociaciones con multitud de países, habiendo señalado el ministro de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, que países de todo el mundo hacen cola para hacer establecer acuerdos comerciales con RU. Sin embargo, cabe destacar algunos aspectos esenciales que influirán en el desenlace de tales negociaciones. Por un lado, que un Reino Unido fuera de la UE tiene una posición negociadora más débil en relación con otros países grandes como India, China o Estados Unidos. Así se ha destacado en diferentes artículos publicados por el Centre for European Reform [2],  del Global Counsel [3] o la London School of Economics [4]. Por otro lado, Reino Unido se embarca en esta tarea con el menor número de funcionarios desde los años 40 [5] y sin tener experiencia en negociación de acuerdos comerciales desde hace más de 40 años. Por ello, y considerando que según un reciente estudio del Financial Times el número de acuerdos internacionales a negociar tras el Brexit asciende a 759 [6], Reino Unido tendrá que priorizar entre todos los bloques con los que ya ha anunciado que quiere celebrar acuerdos (Estados Unidos, India, Canadá, Commonwealth, China, etc.). En cualquier caso, aunque podrá realizar discusiones informales, Reino Unido tendrá que esperar a la salida efectiva de la UE para poder negociar y firmar acuerdos de libre comercio, al igual que antes de emprender negociaciones sustantivas con RU, la mayoría de los países querrán conocer cuál el resultado de las negociaciones con la UE, algo que puede llevar unos cuantos años.

Reino Unido parece tener clara su vocación de abrirse al mundo a través de la firma de decenas de acuerdos comerciales, pero la experiencia y recursos de los que dispone, supondrán probablemente un freno en tal emprendimiento.

Elena Martínez Padilla. Antigua alumna del Máster en Relaciones Internacionales del Instituto Universitario de Estudios Europeos.

 

[1] Esta opción es la recomendada por el Comité de Comercio Internacional de la Cámara de los Comunes en un informe de este año. Parliament of United Kingdom: “UK trade options beyond 2019”. Accesible a través del siguiente enlace: http://researchbriefings.parliament.uk/ResearchBriefing/Summary/CBP-7694#fullreport

[2] KORTEWEG, R.: “A quick trade deal with the US after Brexit is less likely than we think”, Centre for European Reform, Febrero 2017. Accesible a través del siguiente enlace: https://www.cer.org.uk/in-the-press/quick-trade-deal-us-after-brexit-less-likely-we-think

[3] IRWIN, G.: “British trade policy after Brexit: ruthless prioritisation required”, Global Counsel, Agosto 2016. Accesible a través del siguiente enlace: https://www.global-counsel.co.uk/analysis/insight/british-trade-policy-after-brexit-ruthless-prioritisation-required

[4] CABLE, V. and JIE, Y.: “If we make post-Brexit trade deals with China and India, don’t expect Britain to come out on top”, Blog of London School of Economics, Febrero 2017. Accesible a través del siguiente enlace: http://blogs.lse.ac.uk/brexit/2017/02/13/if-we-make-post-brexit-trade-deals-with-china-and-india-dont-expect-britain-to-come-out-on-top/

[5] MORALES, A.: Brexit Set to Begin With Fewest U.K. Civil Servants Since 1940s”, Bloomberg, Marzo 2017. Accesible a través del siguiente enlace: https://www.bloomberg.com/politics/articles/2017-03-27/u-k-goes-to-brexit-war-with-diminished-army-of-civil-servants

[6]MCLEAN, P.: “After Brexit: the UK will need to renegotiate at least 759 treaties”, Financial Times, Mayo 2017. Accesible a través del siguiente enlace: https://www.ft.com/content/f1435a8e-372b-11e7-bce4-9023f8c0fd2e

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