En Mundo, Política Exterior y de Seguridad

– Diego Martínez Gómez – 

China nunca descartará “el uso de la fuerza” sentenció su presidente, Xi Jinping, el pasado mes de octubre durante el discurso inaugural del XX Congreso del Partido Comunista chino (PCCh), en el que el líder se dirigió a los más de 2.000 delegados del Partido venidos de todos los rincones del país.

El motivo de sus palabras, la crisis de Taiwán, fue una de las cuestiones centrales del Congreso. Xi declaró que su país persigue la “reunificación pacífica” con Taipei, aunque dejará la puerta abierta a “todas las medidas que sean necesarias”. En una clara alusión a los Estados Unidos, el mandatario advirtió especialmente contra “la interferencia de fuerzas externas”, dejando claro que “el problema de Taiwán es un problema que debe resolver China”[1].

Trump, una redefinición de la “ambigüedad estratégica”

Ciertamente, el apoyo de la administración norteamericana al gobierno taiwanés parece cada vez más explícito. Pero tradicionalmente no ha sido así. Desde que en 1979 Estados Unidos normalizara sus relaciones con el PCCh, la correspondencia con Taipei estaba supeditada a la Ley de Relaciones con Taiwán, un documento que admitía relaciones no diplomáticas con el “pueblo de Taiwán”, rechazando la denominación “República de China” proclamada por las autoridades insulares. En otras palabras, Estados Unidos reconoce oficialmente a la República Popular China como el único gobierno legal a ambos lados del Estrecho de Taiwán, adhiriéndose así a la política de “Una Sola China”, mientras mantiene relaciones no oficiales con las autoridades de Taipei (lo que incluye la venta de armas)[2].

Esta política de equilibrios complejos o de “ambigüedad estratégica” se basa en la incertidumbre deliberada sobre si Estados Unidos utilizaría la fuerza para defender la isla en caso de producirse una intervención militar china. Y, hasta la fecha, ha demostrado ser eficaz en sus dos grandes objetivos: primero, disuadir a Taiwán de una declaración unilateral de independencia; segundo, disuadir a China de la anexión unilateral de Taiwán.

Sin embargo, bajo el mandato de Trump se produjeron cambios sustanciales, y la cuestión de Taiwán cobró una relevancia especial desde el primer momento. En diciembre de 2016, un mes después de proclamarse vencedor de las elecciones presidenciales, Trump recibió una felicitación telefónica sin precedentes de la presidenta taiwanesa Tsai Ing-wen[3]. La conversación no gustó en Pekín y se tradujo inmediatamente en un aumento de las tensiones en las relaciones entre Estados Unidos y China. Trump se defendió argumentando que China no le dictaría lo que debía hacer, aunque meses más tarde, en febrero de 2017, reafirmó que mantendría la política de “Una sola China”[4].

Durante este periodo las relaciones con Taiwán se volvieron más importantes para Washington, convirtiéndose en un instrumento para hacer frente a la gran prioridad de la diplomacia estadounidense: la expansión del gigante asiático[5]. Con todo, aunque las muestras de apoyo a Taiwán fueran inequívocas, no puede decirse que Trump abandonara la política de ambigüedad estratégica, sino más bien que ésta adoptó un renovado carácter ofensivo hacia Pekín[6]. Sobre el papel, Estados Unidos mantuvo el statu quo de la isla, pero en la práctica no dudó en desplegar una política de mano dura con China, incrementando su apoyo a las autoridades taiwanesas en numerosas áreas[7].

Trump amplió los programas de venta de armas a Taipei, profundizó en las relaciones económicas con la isla, levantó las reglas que prohibían el contacto de alto nivel entre las oficinas del poder ejecutivo y sus homólogos taiwaneses y aumentó su presencia militar en el mar de China. Mientras que bajo la administración Obama la marina norteamericana navegó por el Estrecho de una a tres veces al año, sólo en 2020 lo hizo hasta trece veces[8].

Biden toma el testigo: ¿hacia la “claridad estratégica”?

La perspectiva de la derrota de Trump durante las elecciones presidenciales de 2020 hizo saltar las alarmas en Taiwán. Se temía que la victoria de Biden supusiera el regreso de un enfoque menos favorable a la confrontación con China. Pero pronto se disiparon los temores. Biden recogió el testigo de su predecesor[9] demostrando que, en medio de un clima de polarización general, la cuestión de Taiwán es acaso una de las que más consenso suscita en el electorado norteamericano. Hasta el 69% de los estadounidenses apoya la independencia de la isla, y el 82% tiene una actitud desfavorable hacia China, según encuestas realizadas por el Chicago Counil on Global Affairs[10], y Pew Research[11] respectivamente.

Biden inició su legislatura invitando a su toma de posesión a Bi-khim Hsiao, principal representante de Taipei en los Estados Unidos, y reafirmó que el “compromiso de Estados Unidos con Taiwán es sólido como una roca”[12]. La visita a Taipei de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, en agosto de este año, no dejó lugar a dudas: “La visita debe verse como una declaración inequívoca de que Estados Unidos apoya a Taiwán, nuestro socio democrático, mientras se defiende a sí mismo y a su libertad”[13], declaró.

Aún si el propio Biden y algunos altos mandos militares americanos creyeron que Pelosi fue demasiado lejos[14], meses después el presidente insistió en que defenderían a Taiwán en caso de una invasión china. Es por eso que los intentos de su equipo en insistir en que la política norteamericana “no ha cambiado” resultan confusos y cada vez menos creíbles[15]. En este sentido, Zigor Aldama, corresponsal en Asia durante más de veinte años, cree que “Biden se ha propuesto materializar de verdad el ‘we are back’, pero sigue navegando en cierta inconcreción”[16].

Recientemente funcionarios norteamericanos anunciaron que Estados Unidos ampliará la presencia de tropas en Taiwán, desplegando entre 100 y 200 soldados en la isla en los próximos meses, frente a los 30 que había hace un año. El objetivo sería ayudar a Taiwán a desarrollar tácticas y sistemas armamentísticos que convirtieran a la isla en un objetivo más difícil para China[17]. Lo que está claro es que tanto la necesidad de contener la expansión de China como la creciente importancia de Taiwán para la economía y la seguridad estadounidenses —en la isla se fabrica más del 90% de los chips de alta tecnología del planeta[18] — parecen haber abierto un nuevo escenario en la política exterior norteamericana[19].

Jaime Santirso[20], corresponsal de ABC en China, admite que es difícil saber qué pasará en el futuro. Por una parte, cree que la perspectiva de un cambio en la política norteamericana podría acelerar acciones más contundentes por parte de China. Por otra, sostiene que un fracaso militar de China en Taiwán sería una derrota existencial y un riesgo innecesario para un país convencido de su ascenso a largo plazo. Crear un equilibrio que no conduzca a una confrontación directa con China ni comprometa definitivamente otras materias de cooperación, como la justicia, la seguridad o el cambio climático, demostrará si la estrategia ha sido un éxito o una temeridad.

 

BIBLIOGRAFÍA

Sendagorta, F. (2020). Estrategias de poder: China, Estados Unidos y Europa en la era de la gran rivalidad (Deusto). Deusto. | La obra es relevante por cuanto explica detalladamente el impacto en las relaciones internacionales de la rivalidad creciente entre China y Estados Unidos. En este contexto, el autor aborda el papel del conflicto de Taiwán.

 

REFERENCIAS

[1] Cheng, E. (2022, 17 octubre). Xi warns against foreign interference in Taiwan, says China will «never promise to renounce» force. CNBC. https://www.cnbc.com/2022/10/16/xi-warns-against-taiwan-interference-at-chinas-cpc-national-congress.html
[2] A. Kan, S. (2014, 10 octubre) China/Taiwan: Evolution of the “One China” Policy—Key Statements from Washington, Beijing, and Taipei, Congressional Research Service, https://sgp.fas.org/crs/row/RL30341.pdf
[3] BBC News. (2016, 3 diciembre). Trump-Taiwan call breaks US policy stance. BBC News. https://www.bbc.com/news/world-us-canada-38191711
[4] Phillips, T. (2018, 9 febrero). Trump agrees to support «One China» policy in Xi Jinping call. The Guardian. https://www.theguardian.com/world/2017/feb/10/donald-trump-agrees-support-one-china-policy-phone-call-xi-jinping
[5] Bush, R. C. (2022, 9 marzo). The Trump administration’s policies toward Taiwan. Brookings. https://www.brookings.edu/on-the-record/the-trump-administrations-policies-toward-taiwan/
[6] Grzegorzewski, F. (2022). Strategic Ambiguity in US-Taiwan Relations During the Donald Trump Administration. Polish Political Science Yearbook, 1(51). https://doi.org/10.15804/ppsy202210
[7] Shih, G. & Kuo, L. (2021, 13 enero). Trump upsets decades of U.S. policy on Taiwan, leaving thorny questions for Biden. Washington Post. https://www.washingtonpost.com/world/asia_pacific/trump-biden-taiwan-china/2021/01/13/1bbadee0-53c0-11eb-acc5-92d2819a1ccb_story.html
[8] Grothusen, H. (2021, 20 agosto) How Biden is Building on Trump’s Legacy in Taiwan. Center for Strategic and International Studies. https://www.csis.org/blogs/new-perspectives-asia/how-biden-building-trumps-legacy-taiwan
[9] Grossman, D. (2021, 5 febrero). Biden Doubles Down on Trump’s Taiwan Policy, but Will It Last? The Rand blog. https://www.rand.org/blog/2021/02/biden-doubles-down-on-trumps-taiwan-policy-but-will.html
[10] Chicago Council on Global Affairs. (2021, 26 agosto). For First Time, Half of Americans Favor Defending Taiwan If China Invades. https://globalaffairs.org/research/public-opinion-survey/first-time-half-americans-favor-defending-taiwan-if-china-invades
[11] Silver, L., Huang, C. & Clancy, L. (2022, 19 septiembre). Negative Views of China Tied to Critical Views of Its Policies on Human Rights. Pew Research Center’s Global Attitudes Project. https://www.pewresearch.org/global/2022/06/29/negative-views-of-china-tied-to-critical-views-of-its-policies-on-human-rights/
[12] Mao, B. F. (2022, 19 septiembre). Biden again says US would defend Taiwan if China attacks. BBC News. https://www.bbc.com/news/world-asia-62951347
[13] Huang, N. (2022, 27 septiembre). A Taiwan perspective on what is at stake after Nancy Pelosi’s visit to Taiwan. Brookings. https://www.brookings.edu/blog/order-from-chaos/2022/09/26/a-taiwan-perspective-on-what-is-at-stake-after-nancy-pelosis-visit-to-taiwan/
[14] García Encina, C. (2022, agosto 18) La verdad sobre el viaje de Pelosi a Taiwán. Real Instituto Elcano. https://www.realinstitutoelcano.org/comentarios/la-verdad-sobre-el-viaje-de-pelosi-a-taiwan/
[15] Roy, D. (2022, 28 septiembre). Making Sense of Biden’s Taiwan Policy. The Diplomat. https://thediplomat.com/2022/09/making-sense-of-bidens-taiwan-policy/
[16] Entrevista a Zigor Aldama, ex-corresponsal en Asia con base en China entre 1999 y 2020. [vía mensaje privado de Twitter]. 31 de octubre de 2022.
[17] Youssef, N. A., & Lubold, G. (2023, 24 febrero). U.S. to Expand Troop Presence in Taiwan for Training Against China Threat. WSJ. https://www.wsj.com/articles/u-s-to-expand-troop-presence-in-taiwan-for-training-against-china-threat-62198a83
[18] Bou, C. P. (2022, 4 agosto). Taiwán, la potencia de los semiconductores, en el centro de la batalla tecnológica entre Estados Unidos y China. elperiodicodeespana. https://www.epe.es/es/internacional/20220804/taiwan-potencia-semiconductores-centro-batalla-14222673
[19] Guyer, J. (2022, 19 septiembre). The US policy toward China that both Biden and Trump agree with, explained. Vox. https://www.vox.com/world/2022/9/19/23320328/china-us-relations-policy-biden-trump
[20] Entrevista a Jaime Santirso, internacionalista y corresponsal de ABC en China [vía audio de WhatsApp]. 3 de noviembre de 2022.

 

Diego Martínez Gómez, alumno del Máster Universitario en Relaciones Internacionales (2022-2023) de la Universidad CEU San Pablo.

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