– Tram Anh Nguyen –
It should be put on record that, for many of us and for me in particular, our model has been and still is, the European Community, not because I was trained there, but because it is the most suitable form for us living in this part of the world – in spite of our parallel economies which are quite different from the European ones.
Thanat Khoman (1992) [1]
Se puede decir sin temor a exageración que la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) y la Unión Europea (UE) son los ejemplos más exitosos del regionalismo en la historia contemporánea. Las dos organizaciones han mantenido sus respectivas regiones en paz, un crecimiento económico ejemplar y una mayor integración socio-cultural, contribuyendo significativamente a la estabilidad y al desarrollo global. Expondremos a continuación algunas reflexiones acerca de la integración regional del sureste asiático a través del modelo europeo.
La cuestión de “unión” reside en el lema de ambas: “Una visión, una identidad, una comunidad” en el caso de la ASEAN, y “Unida en la diversidad” en el caso europeo. Desde sus inicios, se comprometieron a unificarse para poner fin a los conflictos y buscar soluciones que beneficiaran a todos. Este espíritu les ha servido como motor para construir una serie de instrumentos que fueron abriendo camino a la cooperación regional: confianza mutua, estabilidad y seguridad nacional y regional, cooperación e interdependencia económica interna, acceso a nuevos mercados, independencia de las potencias externas y representar a la región en su conjunto con una voz a nivel internacional.
En paralelo a dichas similitudes, las diferencias marcan claramente las fronteras que dividen la ASEAN y la UE desde sus raíces, el modus operandi y hasta el rumbo al que se dirigen. La UE es más numerosa pero también más homogénea: una experiencia histórica similar, cultura y religión, economías industrializadas y capitalistas. Además, comparten una ideología política basada en la democracia y el estado de derecho. La preocupación por la seguridad nacional, el proceso de democratización y la cooperación económica han orientado al bloque europeo hacia la concesión gradual de la soberanía y al supranacionalismo. Mientras tanto, la ASEAN se caracteriza por la heterogeneidad de sus integrantes: desde sus regímenes políticos o las religiones (un conjunto de budismo, confucionismo, islam e hinduismo, entre otras creencias) hasta el nivel de crecimiento económico.
Siendo una organización intergubernamental, la ASEAN funciona como un foro en el que los Gobiernos debaten las cuestiones y buscan resolver los problemas de interés común, sin una autoridad independiente con competencia superior a los Estados. Las Cumbres de los Jefes de Estado y Gobierno constituyen el cuerpo normativo supremo, dejando a la Secretaría General sin competencias relevantes en la toma de decisiones. Los asuntos se deciden por unanimidad mediante una serie de instrumentos, como diplomacia silenciosa, negociaciones y consultas informales, evasión de enfrentamientos directos (y a veces de problemas) y aceptación tardía cuando por fin llegan a un punto de encuentro en el que ya no colisionen tanto los intereses nacionales. Este procedimiento se denomina el ASEAN Way (Estilo ASEAN).
Desde su fundación el 8 de agosto de 1967, estos instrumentos resultaban muy eficaces para garantizar la existencia de un bloque joven, teniendo en cuenta que la tarea primordial de sus miembros era conservar la independencia y el régimen político ante posibles influencias, tanto de antiguos colonizadores como del bando comunista. Para la organización, la estabilidad regional se garantizaba con la legitimidad de los Estados, las normas de protección de la soberanía nacional y la aplicación a rajatabla del no intervencionismo y del consenso, características de su estilo. Con el paso del tiempo, las ampliaciones la han transformado en una institución intergubernamental mucho más variada en sistemas políticos, nivel de desarrollo económico, sociedad, cultura y origen étnico. Sin embargo, los Estados miembros ya se habían acostumbrado a estas prácticas durante medio siglo de historia, conduciendo a la ASEAN hacia un mecanismo de cooperación regional cada día más desarrollado, al mismo tiempo que se podían beneficiar de ello sin tener que cesar la soberanía ni los intereses. Sin embargo, ello va en contra del buen rumbo del regionalismo. En un mundo globalizado donde se exige mayor interdependencia, lo que impide a la ASEAN resolver los problemas con eficiencia son, precisamente, los mismos principios que en su día la hicieron crecer.
Con los últimos proyectos de integración que se lanzaron en diciembre de 2015 en el contexto de la Comunidad de la ASEAN 2025, la organización se muestra lejos de profundizar en las relaciones internas, transferir la soberanía nacional a nivel regional y establecer instituciones supranacionales. La Secretaría General todavía está al margen del proceso de elaboración de políticas y toma de decisiones. Como no existe ningún órgano supranacional que asegure el compromiso y la implementación por parte de los Estados miembros de los planes promovidos por la institución, como sí ocurre en el caso de la UE, ni tampoco se dispone de un mecanismo de sanciones y acuerdos vinculantes, los miembros no tienen ninguna coacción en caso de incumplimiento.
Aun así, se pueden buscar otros mecanismos que les exijan mayor compromiso, y así salir del dilema sobre cómo alcanzar una mayor integración regional y seguir preservando la soberanía. Por ejemplo, puede que haya llegado el momento de que la ASEAN vuelva a considerar la votación por mayoría cualificada. El tema fue contemplado durante la elaboración del Mecanismo de Establecimiento de Disputa para los acuerdos económicos de la organización en 1996, sin embargo, hasta la actualidad no se ha vuelto a proponer [2].
Mientras tanto, en Europa, la UE ha estado afrontando el descontento de una parte de la población por la crisis de la Eurozona en 2007-2008, las dificultades económicas y su tardía recuperación, las altas tasas de desempleo y la crisis de refugiados. Además, en el ámbito político, la mayor presencia de grupos euroescépticos y el resurgimiento del nacionalismo extremista han puesto al bloque en una situación de crisis existencial. Aunque estas tendencias han disminuido desde las elecciones en Holanda y Francia a favor de los europeístas, las consecuencias del Brexit y la reacción popular contra el sistema europeo continúan ocupando una parte importante de la agenda comunitaria.
En cierta manera, el divorcio del Reino Unido y la UE ha influido en la percepción de la integración europea para la ASEAN, pudiendo ser una muestra de que el ASEAN Way y el carácter intergubernamental de no transferir la soberanía nacional a un cuerpo regional está funcionando bien y le garantiza la integridad. Después de todo, el nacionalismo siempre ha residido en el corazón de la ASEAN y ocupó un lugar prominente en el referéndum del Brexit.
Por otro lado, la creación y la coordinación de las instituciones subordinadas que ejercen funciones distintas en los Estados miembros garantizan la eficiencia y eficacia de la UE. Este mecanismo da lugar a las reclamaciones de soberanía que culpan a las gestiones del poder supremo europeo en situaciones de crisis como la que se está viviendo. Por su parte, en el bloque asiático no se plantea el mismo proceso y, por tanto, tampoco se ha enfrentado a semejantes críticas. ¿La falta de este método europeo de institucionalización puede ser una condición para una exitosa integración regional de la organización asiática?
En definitiva, el éxito más importante de la ASEAN ha sido lograr traer coherencia a una región de enormes disparidades políticas y económicas. Sin embargo, en ausencia de los ajustes y mejoras apropiados, el ámbito institucional y funcional podría peligrar. El bloque europeo puede servirle como un ejemplo de éxito en muchos aspectos, para continuar el proceso de integración hacia la Comunidad de la ASEAN en 2025. A nuestro juicio, la cesión de la soberanía nacional sería un reto que merece considerarse.
Tram Anh Nguyen. Antigua alumna del Máster en Relaciones Internacionales del Instituto Universitario de Estudios Europeos.
[1] Thanat Khoman, “ASEAN Conception and Evolution” (Bangkok: ASEAN, 1992), http://asean.org/?static_post=asean-conception-and-evolution-by-thanat-khoman. Fue ministro de Relaciones Exteriores (1959-1971) y viceprimer ministro (1980-1982) de Tailandia.
[2] ASEAN, “ASEAN Protocol on Dispute Settlement Mechanism,” 20/11/1996, entrada en vigor: 26/5/1998, http://asean.org/?static_post=the-1996-protocol-on-dispute-settlement-mechanism.